La derrota de lo cotidiano

La derrota de lo cotidiano : elementos para una ontología política del diseño contemporáneo
Solís Opazo, José Domingo.
2013
Santiago de Chile : CEAUP : Universidad Central.   472 p.
Resumen : A diferencia del concepto de vida cotidiana que subraya la condición intimista, privada y más bien individualista del habitar, este libro nos señala el hecho de que el hombre habita una trama espacio/temporal que constituye un poderoso horizonte de sentido para la existencia de la subjetividad.
Esta condición de lo cotidiano hizo de éste un lugar privilegiado para el pensamiento y la acción de los proyectos de emancipación de la modernidad.
La cuestión que se plantea entonces es cómo podría llegar a ser concretamente intervenida la cotidianidad si no es conforme al paradigma representacional que caracteriza a lo moderno. Como ha señalado Hegel, la modernidad es la época en que la razón y la realidad se enfrentan de manera irreductible, cuando la exigencia a la que responden los programas de acción consiste en la realización de una idea.
La mayor extrañeza no proviene del contenido de una idea, sino de lo que acaece cuando ésta se hace realidad y emerge lo que en ella había de impensado.
En este sentido, lo que el autor denomina cotidianidad obrada entendida como el efecto de aquella realización, resulta ser una aporía, una especie de oxímoron en cuanto que se ensaya realizar en lo cotidiano un proyecto de emancipación, cuando de lo que se trataba era precisamente de liberarse el hombre respecto de las formas que de manera externa se le imponen a la existencia para definirla.
Sin embargo, lo cotidiano no se contrapone a la alteridad del acontecimiento, sino que su poder consiste justamente en una capacidad infinita de incorporar la alteridad en su seno.
Es precisamente lo que se expresó en la idea vanguardista de que el arte y la vida debían intervenirse mutuamente: la vida daría realidad a las ideas que venían del pensamiento artístico, y el arte haría que el suelo de la existencia se poblara de formas reflexivas que permanecerían abiertas a lo inédito. El fracaso de este proyecto constituiría la verdadera derrota de lo cotidiano.
No obstante la conciencia de ese fracaso, el espectro de una emancipación vinculada a la vida cotidiana regresa en las propuestas del diseño contemporáneo y su complicidad con el biopoder.
En este contexto, arquitectura, artes y diseño tienden a asimilarse en sus respectivas prácticas de estetización en su lectura y apropiación discursiva de una cotidianeidad arquitectónica que ha nacido, muchas veces, como fruto de prácticas de sobrevivencia en condiciones adversas, pero que ha sido transformada por las disciplinas de la representación en propuestas de “informalidad”, subversión” o “alternativas”.
Este desenlace coincide con los diagnósticos acerca de la muerte del sujeto y la emergencia por doquier de lo “post”. ¿Podrá sobrevivir la idea de emancipación al diagnóstico del agotamiento de la modernidad, en la cual tuvo su origen y desarrollo? Acaso sólo cabe pensar, por ahora, en lo que habría aún de irrenunciable en la idea de subjetividad, sin la cual todo discurso de emancipación no pasa de ser una estética al uso. Es precisamente la cuestión –y la tarea– hacia la que nos conduce este libro
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